Buscar su región |
States :- Atlantico Norte Atlantico Sur Boaco Carazo Chinandega Chontales Esteli Granada Jinotega Leon Madriz Managua Masaya Matagalpa Nueva Segovia Rio San Juan Rivas |
Fuente: http://www.nitel24x7.com/


Buscar su región |
States :- Atlantico Norte Atlantico Sur Boaco Carazo Chinandega Chontales Esteli Granada Jinotega Leon Madriz Managua Masaya Matagalpa Nueva Segovia Rio San Juan Rivas |
Finca Esperanza Verde, a 1,200 metros (4000 pies) de altura, es fresca, verde, y tranquila. Ubicada en las montañas exuberantes del centro de Nicaragua, la finca es un paraíso para viajeros que buscan atardeceres hermosos, clima fresco, momentos de paz, comida deliciosa, y numerosas actividades educativas y recreativas. FEV es una reserva silvestre privada y cafetal certificado de café orgánico cultivado bajo sombra con bosques y senderos. FEV es un proyecto comunitario dirigido por gente local, en el cual todas las ganancias se quedan en la comunidad, promoviendo una fuente de ingresos sostenible para San Ramón que además conserva el medio ambiente.
Mientras que apoya esta comunidad Nicaragüense, puede disfrutar de:
- Un mariposario y proyecto de crianza
- Cultivo de café orgánico bajo sombra
- Cosecha de café de diciembre hasta marzo
- Electricidad y agua caliente solar
- Cascadas y senderos
- 150+ especies de aves, orquídeas, plantas medicinales
- Caminatas para observar monos congos
- Vistas majestuosas de hasta 100 km
- Agua sabroso de manantial
Tipo | Precio | # max. huéspedes |
---|---|---|
Habitación Sencilla | $ 35.0 | 1 |
Habitación Doble | $ 46.0 | 2 |
Habitación Triple | $ 56.0 | 3 |
Estos precios no incluyen impuesto (I.V.A. 15%).
Servicios y comodidades | Datos generales |
---|---|
| Tamaño del hotel: 4 habitaciones Costo: $ Cantidad máxima huéspedes: 26 huéspedes Región: Matagalpa |
Información de contacto | |
Dirección: Yucul Comarca de San Ramón. Teléfono: ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() Fax: (505) 772-5003 E-mail: fincaesperanzaverde@gmail.com Sitio Web: http://www.fincaesperanzaverde.org |
|
| ||||||||||||
Amparo Aguilera | ||||||||||||
SAN RAMÓN/MATAGALPA.- Es una de las finca más famosa del planeta, sin embargo poco ha cambiado en Esperanza Verde: sus cuatro chozas, tres senderos, diez manzanas de café orgánico bajo sombra, y sus 130 manzanas de bosques latifoliar, incluyendo los puntos reforestados, siguen intactos. El orgullo de los locales es la primera pista que recuerda el hecho de que se está pisando el eco albergue que mejor conserva su ecosistema en el mundo. Pablito Pérez, de 60 años, cuenta que hace días los visitó un periodista alemán. "Él nos hizo varias preguntas. Nos dijo que, qué esperábamos de ahora en adelante... pues supo que tenemos la mejor finca de todos los continentes", dice con el pecho inflado de orgullo. Y el ánimo no está de más. La finca Esperanza Verde, ubicada a 18 kilómetros de San Ramón, Matagalpa, ganó con 55 mil votos a favor el cetro de Conservación Ambiental en el certamen mundial organizado en el 2004 por la Smithsonian Magazine, de origen estadounidense, en colaboración con Travelers Conservation Foundation (TCF). Lo que la convierte en la primera en lograrlo en Latinoamérica. Hazaña que - de facto- sienten suya los pueblerinos. SE "ENRAIZÓ" EN EL PUEBLO Yelba Valenzuela, administradora de la finca Esperanza Verde, valida el sentimiento. Ella apunta que la comunidad es la puerta y parte del alma de la finca. Hace seis años el organismo Durham-San Ramón Sister Communities, con sede en Carolina del Norte (Estados Unidos) la levantó. "Y desde entonces los habitantes del municipio la han acogido con buen ánimo", destaca. Raúl López, alcalde de San Ramón, lo explica de otra forma: "La finca se enraizó en el pueblo", reitera. Según López, desde el primer año Esperanza Verde destina "religiosamente" parte de sus utilidades al desarrollo de proyectos sociales en el municipio, que ya alberga a 36 mil habitantes. Detalla que con parte de ese dinero en el 2004 al menos mantuvieron la biblioteca de San Ramón, el instituto y proyectos de agua potable. Sin embargo el financiamiento también ha servido para mantener activa a la ambulancia del municipio, la camilla de partos; la biblioteca durante los fines de semana y la escuelita La Chispa, donde más de 50 niños y niñas reciben preescolar y primer grado, sin caminar siete kilómetros a diario, a como lo hacían antes de no tenerla. CRISTIANISMO DE POR MEDIO La finca Esperanza Verde se mantiene con el hermanamiento de Durham (Carolina del Norte)-San Ramón Sister Communities, cuya junta directiva pertenece a la Iglesia Unitarion. Entre los atractivos están los senderos rojo, amarillo y azul, donde hay cascadas naturales, miradores y especies maderables. Además posee café orgánico certificado por Biolatina, cuya marca de venta se tipifica como San Ramón, que vende a la empresa tostadora, de origen estadounidense, Conunter Culture Coffee. También cuenta con un cultivo, promedio mensual, de 20 especies de mariposas. Aunque la granja tiene capacidad para mil mariposas. Por otro lado posee unas 99 especies de aves, cuantificada por el grupo Alas de Nicaragua. Por la noche, en la finca se ven zorros, mapachines, cuyusos, guardiolas, guatusos, conejos. En cuanto al bosque, posee cedros, robles, roblensín, matapalo, areno, guaba, y chilamate. |
—Lesbia Espinoza Gutiérrez— |
Hoy nos acompañan nuestras amigas, Gioconda Gadea y Sandra Chavarría, dinámicas periodistas del Intur, Luisito Núñez Salmerón, Bayardo García, el hombre que nos acorta el camino con su imperecedero buen humor al lado de su inseparable dulcinea, Milena Salmerón de García.
No se pierdan este viaje. Vamos a Matagalpa, conocida como La Perla del Septentrión o sea La Perla del Norte. Quisiera saber quién o quiénes y cuándo la bautizaron con frase tan bonita. Realmente una de las giras más agradables del país es venir a Selva Negra, en Matagalpa, ubicada en el mero corazón de Nicaragua. Pero no podemos llegarnos al Hotel Selva Negra donde nos esperan dos excelentes amigos, Edy y Mausi Kuhl, sin antes pasar por la ciudad de Matagalpa saboreando, aunque sea un poco de todas las comidas y bebidas que por acá se cocinan, sobre todo en los días de feria. Cómo pasar de lejos ante un atolito agrio, o una güirila con cuajada; jamás. Y ni hablar del «atol duro». Es para ir haciéndole camita al estómago, porque Mausi nos invitó a almorzar. ¡Unmmmmh, Sandra y Bayardo se han comido como cinco güirilas con cuajada!. El paisaje creado por recovecos y volteretas al avanzar, es algo inpensado, un ensueño y no podemos dejar de aspirar el aire puro de estas montañas que recelosas van resguardando nuestro paseo.
Apenas dejamos la ciudad de Matagalpa y ya estamos en el kilómetro 140 de la carretera yendo hacia Jinotega, es justo la entrada del Hotel. Vean esta joya; un tanque militar, vencido, vestigio de la guerra de 1979, nos da la bienvenida. Acá nos esperan dos personas especiales, increíbles; Eddy Kuhl y su esposa Anegret Hayn Oetken, conocida cariñosamente como Mausi. Dicen que su abuelo la llamaba así desde niña, en su Alemania natal, es el diminutivo de un roedor que ni su nombre quiero pronunciar. Pero ella es todo un amor de gente; generosa, trabajadora, solidaria, optimista. Edy y Annegret de padres alemanes y con vivienda ancestral en esta zona constituyen una pareja que se complementan increíblemente; creativos, seguros y serenos. Esta Mausi trabaja como muchos hombres deberían trabajar en nuestro país. Lo mismo diseña una casa, que ordeña una vaca, cultiva flores o cocina una comida sensacional combinando de una manera maravillosa la disciplina europea con la sensibilidad latina. Ella nos da el recorrido por buena parte de la finca, enclavada a unos 1,250 metros sobre el nivel del mar. Andando por estas cimas de Selva Negra, que según nos dice el Doctor Jaime Incer Barquero, es el segundo pico más elevado de la región, luego del Peñas Blancas, vemos cómo, allá en las alturas, se abrazan las cordilleras Isabelia y Diriangén. Las blanquecinas «barbas de viejo» o «musgo español» colgantes de la cima de enormes árboles, se mecen al vaivén capricho de los vientos que revolotean y juegan con más de alguna hoja que logran subir, más allá de los 1,550 metros que alcanzan estas montañas. El vaivén de «las barbas de viejo», parsimonioso o fuerte y violento, nos remonta a escenarios cinematográficos de las películas de Alfred Hitcoch. El grito, no sabemos si de júbilo o de no sé qué de los monos aulladores, conocidos como «monos congo» nos traslada a otro ambiente de misterio, pero rápido salimos de esa atmósfera, ante el júbilo de un grupo de jóvenes practicando su deporte favorito. Mausi, de disciplina alemana, no se acerca a ellos cuando juegan, pues los muchachos se disputan por ser los primeros en anunciarle a «su madrina» cuál ha sido el equipo ganador. «Menuda tarea me ponen; cómo celebrar a uno, si de los dos equipos soy madrina y a los dos los patrocinamos nosotros»; me dice Mausi.
Por cualquier recodo de la montaña nos asaltan los «ojos de agua», cuyos nacimientos nos detenemos a ver. Son un «ojito», un hilito, burbujitas de agua que al bajar y libres correr se desarrollan transformándose en vigorosos ríos.
Es increíble el misterio de la naturaleza. ¿Cómo puede una cosa tan diminuta convertirse luego en algo tan grande? Vamos a un vivero y motivados por la belleza de plantas y flores no podemos resistir la tentación de anhelar un jardín en nuestras ardientes casas en Managua. Lo menos que se puede es llevarnos un hermoso ramos de flores . Orgullosos de gente como los Kuhl, contemplamos y disfrutamos lo que produce el trabajo honrado de esta familia.
Ellos fueron los primeros de la década de los 70s en dedicarse, mediante un préstamo bancario, al rubro de la hotelería y el tursimo. A mediados de los 70s salieron varios complejos turísticos, entre ellos el Cosigüina, en Occidente, el Cibalsa en el Sur y Selva Negra en el norte. Aunque claro, al comienzo eran apenas un pequeño restaurante con salchichas y comidas alemanas e italianas. Vaya, ¡si tenían un chef italiano! .De todos estos complejos turísticos de esa época, el Selva Negra es el único que exitosamente se ha mantenido. Y no es para menos. No desaprovechan nada sin descuidar el tratamiento ecológico que le dan a todo. No despalan, producen su propio gas a partir del estiércol, la pulpa del café y otros desechos. ¡Producen todo lo que consumen!; la carne de pollo, de res, de cerdo, los huevos, la leche, la crema, los quesos, las hortalizas, de las cuales salen unas ensaladas divinas y cosechan un exquisito café. Tampoco descuidan a sus trabajadores; un consultorio y enfermería, una escuela para los niños y hasta a tres muchachos estudiando en la universidad.
¿Díganme si no es cosa regia?
Mientras nos enrumbamos al restaurante del hotel, ubicado a orillas de un apacible lago no tan artificial, aprovechemos el caudal de energía que transmite la mágica montaña. Chao amores.